jueves, 9 de junio de 2016

11. Neoliberalismo y derechos humanos

Dos condiciones que resaltaron fuertemente en el panorama del neoliberalismo son, por una parte los derechos humanos y, por otra, el problema del medio ambiente. Aparentemente sin relación directa, en el fondo tienen la misma causa.

En una sociedad de muchísimos pobres y muy pocos ricos, la desigualdad resalta de inmediato. Pese a que desde 1789 se tiene la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, es hasta 1948 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó solemnemente la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo cual, ha producido cambios políticos, sociales, ideológicos y culturales que han incidido de manera profunda e incuestionable en el saber de los derechos humanos, en relación con su protección y garantía por el derecho interno e internacional, y en relación con la realidad de su vigencia y de su respeto efectivo en el mundo.


Actualmente “los derechos humanos forman parte de la ética social de nuestro tiempo. La lucha por su respeto y promoción, que en diferentes frentes han llevado los Estados y la sociedad civil, contribuyen, por una parte, a darles legitimidad y presencia en los ámbitos nacionales e internacionales y, por otra parte, han hecho evidente la necesidad de favorecer su difusión y su promoción con objeto a coadyuvar a la consolidación del Estado de Derecho.


Derechos humanos

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) define los derechos del hombre como “aquellas condiciones de vida sin las cuales, en cualquier fase histórica dada de una sociedad, los hombres no pueden dar de sí lo mejor que hay en ellos como miembros activos de la comunidad, porque se ven privados de los medios para realizarse plenamente como seres humanos”.

El catedrático en Derecho de la Universidad de Sevilla y autor de diversos libros relacionados con el tema, Antonio Pérez Luño dice: “Los derechos humanos son un conjunto de facultades e instituciones que en cada momento histórico concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humana, las cuales deben de ser reconocidas positivamente por los lineamientos jurídicos nacionales e internacionales”.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos los define como: “los derechos inherentes a la naturaleza humana, sin los cuales no se puede vivir como ser humano”.

En su aspecto positivo, son los que reconoce la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los que recogen en los pactos, los convenios y los tratados internacionales suscritos y ratificados por México.

El concepto de los derechos humanos se modifica y va modificándose con el cambio de las condiciones históricas: de las necesidades, de los intereses, de las clases en el poder, de los medios disponibles para su realización, etc.

Los derechos humanos nunca habían resurgido como en esta época, la lucha por los mismos ha sido causa de persecuciones, de amenazas e inclusive asesinatos de los defensores.
El capitalismo ha captado el concepto de derechos humanos y lo ha institucionalizado a través de organizaciones públicas o paraestatales a través de consejos o comisiones.

Por ello ha nacido, de manera recíproca la Organización Internacional de los Derechos Humanos, no gubernamental de carácter global y que genera un movimiento de la sociedad civil que actualmente está defendiendo los derechos humanos nuevos, aquellos que han surgido como consecuencia de los cambios y de las situaciones actuales, producto de un modelo económico productor de pobres.
Han surgido grupos de la sociedad civil defensores de los derechos humanos, y también se han tenido que crear organismos internacionales para que intervengan en el país donde se lesionaron los derechos y el gobierno no quiere castigar a los culpables.

Sean los organismos o tribunales internacionales quienes lo hagan, de ahí la popularidad de personajes como el juez español Baltasar Garzón, quien se atrevió a castigar los crímenes de Pinochet, el dictador chileno.
Baltasar Garzon
Pinochet














11.1. Política de medio ambiente

Aunque ya somos muchos y hemos generado un grave problema ecológico al planeta, a través de agotar los recursos naturales y contaminar el agua, el aire, el suelo, hay muchas regiones desprotegidas, ricas en recursos naturales que poco a poco, los hemos agotado. Los intereses capitalistas se han encargado de dar a conocer que van a encargarse de ellas para que no las destrocemos. Es el caso de Amazonas, en Brasil, o el de la última reserva de agua dulce en las fronteras de tres países en América del Sur.

Hay que procurar una educación ambiental que nos permita generar una conciencia sobre la importancia del medio ambiente y del cuidado de nuestro planeta. Es nuestra única nave y estamos acabando con ella.


Hay siete esferas sobre las cuales se deben buscar beneficios ambientales en el ámbito mundial:


  • Diversidad biológica

  • Cambio climático 

  • Aguas internacionales

  • Desastres naturales

  • Agotamiento de la capa de ozono

  • Degradación de bosques

  • Medio ambiente global


Sólo para que tengas una idea de las dificultades que se tienen al enfrentar la contaminación ambiental, a continuación se te dan unos ejemplos:

La Ciudad de México genera en 2 días 22, 840 toneladas de basura, equivalentes al peso total de la torre Latinoamericana. Los domiciliarios representan la principal fuente de generación de basura, ya que contribuyen con 48.13% del volumen total. Los comercios, servicios especiales y áreas públicas participan con 51.87%. De la basura generada en la Zona Metropolitana del Valle de México 40% es orgánica, 15% es papel, 4% es cartón, 8% es vidrio, el 3% de la basura son pañales desechables y el resto es plástico, lámina, aluminio, loza, madera, cuero, trapo y chácharas.

Para recolectar esa cantidad de basura se requiere de 20,000 trabajadores, entre barrenderos, choferes y ayudantes que limpian con 1727 vehículos y 193 tractocamiones los 17,000 km de vías. Además de la basura que se recoge en la ciudad, es necesaria la recolección de 500 toneladas de basura que se acumulan en basureros clandestinos.


11.2. Desigualdad social

La desigualdad social depende de la manera en que hagas la cuenta.

Si sumas todo lo que ganamos los mexicanos, la economía de este país es muy buena: en el 2003 obtuvimos un PIB de seis mil 230 dólares per cápita, pero siempre y cuando todos tuviéramos una distribución igual de ingreso. Pero como esto no es así, un informe reciente del Banco Mundial indica que 20% de la población más rica del país tiene 59.1% del ingreso, 20% de la población más pobre apenas si acumula 3.1% del ingreso. O sea que el ingreso de los primeros es 19 veces mayor al de la población desprotegida.

Otras cifras: 10% de la población más rica tiene 43% de ingreso, mientras que 10% de la población más pobre tiene apenas uno por ciento.Eso es desigualdad...
Hay grandes contrastes en nuestro país. Como dato extra, es preciso decirte que los 5 estados con más atraso son ricos en recursos naturales: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Veracruz.

En las partes altas de Acapulco viven muchas personas en condiciones de marginación. Ahí donde llega el camión, instalado sobre una madera y un tripié está un puestecito. Todos los días la señora que vende baja a las 4 de la mañana a la playa, cuando van llegando lo pescadores y llena dos cubetas de lo que queda de la pesca, a veces jaiba, a veces mojarra o bien otro tipo de pescado. Los pescadores le obsequian esa mínima parte de su pesca. Luego, ella sube allá, a las partes altas donde tiene su puesto, y le dice a su niño que corra la voz, hoy hubo mojarra, jaiba, o lo que sea. Acomoda su cubeta sobre la madera con ajos y chiles secos. Dos horas más tarde toda la colonia tiene el tufillo del platillo cocido. Unas tortillas y el platillo se come cuatro veces al día. Plátanos y cocos están al alcance de la mano.

Las grandes ciudades son cada vez más grandes porque se “tragan” a las zonas colindantes y se convierten en conurbaciones como Guadalajara y Monterrey, o bien si siguen fusionándose se vuelven una megalópolis como lo es el D.F. y su zona conurbada.


11.3 Movimientos sociales

Algunas organizaciones de la sociedad civil han preferido el camino de la independencia, a diferencia de algunas organizaciones no gubernamentales que, a pesar de ello, tienen subsidio gubernamental, como las que apoyan acciones sobre la pobreza.
A partir de la década de los años sesenta se reproducen los movimientos de maestros, campesinos, médicos, telegrafistas y estudiantes. También crecen las cooperativas, organizaciones gremiales, cajas populares, grupos culturales y asociaciones civiles, formadas voluntariamente sin fines de lucro, como respuesta a las necesidades y demandas populares, la razón se centra en la coincidencia de una confusa gama de causas económicas, sociales y políticas que llevan al país a enfrentar una severa crisis y a la necesidad de establecer nuevas bases de desarrollo social.

A la década de los sesenta en México se le conoce como el periodo de “la insurgencia popular” porque ahí es cuando se construyen sindicatos y organizaciones sociales urbano populares con otra visión de lucha reivindicativa. Se hacen alianzas y se constituyen frentes de colonias, de sindicatos, y de ejidos. Lo que define a las luchas de esta etapa no es la constitución de nuevas organizaciones, sino la búsqueda de formas diferentes de organización y lucha.


La Iglesia continúa siendo la fuente inspiradora de organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro. Aparece un importante número de organizaciones de corte religioso, entre las que destaca el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), Instituto Mexicano de De sarrollo Comunitario (Imdec), Desarrollo Económico y Social de los Mexicanos Indígenas (Desmi), Instituto Mexicano de Estudios Sociales (Imes), Instituto de Fomento de la Casa Mexicana (Procalli) y Desarrollo Popular Solidario (Deposac), entre otras.

Surgen también las primeras organizaciones promotoras de los derechos humanos en México, que fueron propuestas por la Iglesia católica para atender problemas migratorios, movimientos sociales rurales por conflictos agrarios e indígenas, represión, injusticia, hostigamiento sexual, entre los más frecuentes.


Asimismo, la aparición de grupos guerrilleros, particularmente en el sur del país, y la consecuente violación a los derechos humanos de los miembros de esos grupos durante su detención, fue un factor que impulsó la fundación de grupos independientes como el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos de México, “Eureka” (1977). El Comité ¡Eureka! también ha participado al lado de movimientos sociales importantes en los últimos años en México, como el levantamiento zapatista del EZLN, las manifestaciones populares de la APPO en Oaxaca, y la Convención Nacional Democrática encabezada por Andrés Manuel López Obrador. La dirigente de la organización, Rosario Ibarra de Piedra, fue electa al Senado de la República en 2006.


En la década de los ochenta, la crisis heredada de la década anterior impactó en los sectores populares y provocó cambios en las organizaciones del país. Estos años fueron testigos del surgimiento de nuevos actores y del nacimiento de organizaciones novedosas, entre las que destacan grupos ambientalistas, como la fundación de Ecodesarrollo  Xochicalli (FEXAC) y los grupos feministas, o los que desde un enfoque de género trabajan a favor de las mujeres, como María, Liberación del Pueblo, o el Centro de Apoyo a las Mujeres Violadas (CAMVAC).
La carencia de recursos económicos mantenía desmovilizados a grupos independientes del Estado, que comenzaron a disolverse y aparecieron nuevas organizaciones con perfiles políticos y sociales que plantearon proyectos y demandas más específicas de respeto a las garantías individuales que hasta ese momento habían sido intocables, tales como: la tortura, desalojos violentos, detenciones arbitrarias, secuestros, persecución, y la atención a las demandas de servicios públicos, así como el respeto al sufragio electoral, que tuvo una importante expresión en el proceso electoral de 1988.





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